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lunes, 1 de septiembre de 2014

LOS SERVICIOS URBANOS EN LA EPOCA ESTIVAL



Aún no ha finalizado el verano aunque sí su etapa más álgida, aún así es momento de comentar cómo este periodo de concentración de vacaciones afecta a la prestación de los servicios urbanos.

En esta época se producen dos situaciones singulares. Por un lado hay ciudades vinculadas al turismo que multiplican en algunas ocasiones por más de diez su población habitual, mientras que otras ven como una parte importante de sus vecinos se va de vacaciones.

Las “ciudades de veraneo” se enfrentan al problema de una mayor cantidad de residuos a recoger y un mayor nivel de suciedad en las calles. Esto afecta tanto a la necesidad de medios materiales como de recursos humanos. En cuanto a los recursos humanos se refiere, siempre es posible realizar nuevas contrataciones, pero ¿en el caso de los medios materiales? Hace años, las grandes empresas que trabajaban en los dos tipos de ciudades, en verano desplazaban equipos de las que reducían su población a las que aumentaba. Estas actuaciones prácticamente han desaparecido, los Ayuntamientos son muy celosos de su maquinaria y no permiten su uso en otras localidades. Así, a los Ayuntamientos con un elevado turismo les quedan dos alternativas: o se dejan equipos parados la mayor parte del año porque sólo se precisan para la temporada estival, lo que supone un dislate económico impensable en la actualidad; o se multiplican los turnos de trabajo, cambiándose frecuencias de recogida de la noche al día, baldeando y barriendo con máquinas en horarios que entorpecen el disfrute de los turistas,… ¿Tan difícil es la solidaridad entre ayuntamientos que permita ese movimiento de maquinaria que si se producía hace algunos años?



En cuanto a las ciudades que se vacían, esa situación proporciona una oportunidad única para realizar una limpieza en profundidad de las mismas, algo que de hecho unas pocas ciudades hacían. La congestión de vehículos y personas hace que sobre todo en las grandes ciudades la labor de limpieza sea más un proceso de mantenimiento. Las limpiezas en profundidad: intensos baldeos, labores de fregado,... exigirían cortar las calles, algo impensable e imposible. Los pavimentos de nuestras ciudades no están limpios, con suerte libres de residuos sueltos: papeles, plásticos, excrementos,…, pero en las viviendas se hace mucho más que eso en los suelos.

Aprovéchese el verano para limpiar las ciudades como las viviendas.